Usando las paredes de la cocina como lugar de almacenamiento
A menudo nos quedamos sin espacio de almacenamiento en la cocina, y no nos damos cuenta de que tenemos el elemento más valioso: las paredes. En ellas podemos ubicar un sinfín de accesorios que nos permiten complementar los armarios de la cocina, teniendo siempre a mano los utensilios que más usamos.
Y es que la única función de las paredes no es sujetar los módulos bajos o a los armarios suspendidos, también pueden integrar otros sistemas de almacenamiento que resultan tan decorativos como prácticos.
Uno de los elementos que más nos gusta son las barras metálicas que incorporan ganchos en los que se pueden colgar los cubiertos de trabajo y otros útiles empleados en la manipulación de alimentos o en la limpieza de la zona.
Además, estas barras también pueden servir de sostén a cestillos de diferentes tamaños y formas para colocar especieros, pequeñas macetas con hierbas frescas o las botellitas de aceites aromáticos.
Algunos portarrollos están preparados para sujetarse a la barra y ofrecen capacidad para introducir uno, dos o tres rollos. Esto nos permitirá acceder con facilidad al papel de cocina, al de aluminio y al film transparente, sin necesidad de abrir puertas o cajones.